El Instituto de Empresa Familiar estima que existen en España 1,1 millones de empresas familiares, que representan el 89% del total de empresas de nuestro país. Actualmente, la empresa familiar crea el 67% del empleo privado, con un total de más de 6,58 millones de puestos de trabajo. Son responsables del 57,1 del PIB del sector privado. Es decir, más de la mitad de la población activa se encuentra permanentemente en una cena de Navidad o una comida del domingo. Trabajan día tras día con padres, hijos, hermanos, cuñados, etc… Por muy duro que pudiera parecer (a algunos, claro) el modelo funciona y genera riqueza.
“Pero, es tu padre, ¿no?”, a lo que respondo “Sí, casualmente es mi padre, pero ahora estamos trabajando, y aquí es el Sr. Sánchez”. Puede parecer un detalle sin importancia, habrá quien crea que viene por algún tipo de autoridad… pero no, ¡os diría que más bien es por una necesidad psicológica!
Estela Sánchez, Directora General de Dicomol
En este post os quiero transmitir mi experiencia como directora general de DICOMOL. Cargo que ocupó mi padre, el Sr. Sánchez (ahora sigue como consejero, ayudando al equipo de manera incansable). Me llamo Estela (¡sí, Sánchez!) y DICOMOL es una empresa familiar de segunda generación. Fabricamos y reparamos moldes de inyección de plástico y sin querer dar lecciones a nadie, deseo compartir nuestro modelo de gestión y de relación, como un ejemplo de buenas y malas prácticas que puedan ayudar a muchas empresas como la nuestra.
Empresa familiar sí, pero profesionalizada.
Para empezar, cuando entra por la puerta de la empresa, mi padre se transforma en el Sr. Sánchez y una de mis frases favoritas era y es «… y en todo caso, luego lo comentamos con el Sr. Sánchez». A continuación, como si de un resorte se tratara, la otra persona me pregunta extrañada “Pero, es tu padre, ¿no?”, a lo que respondo “Sí, casualmente es mi padre, pero ahora estamos trabajando, y aquí es el Sr. Sánchez”. Puede parecer un detalle sin importancia, habrá quien crea que viene por algún tipo de autoridad, pero no, ¡os diría que más bien es por una necesidad psicológica!
Desde que he asumido el cargo de Directora General me pregunto muchas veces ¿por qué hay empresas familiares que han sobrevivido a padres, hijos y nietos y otras que han desaparecido después de la primera generación?
Estela Sánchez, Directora General de Dicomol
Cuando trabajas en una empresa familiar, coincide que el fin de semana también compartes tiempo con tus «compañeros de trabajo o tu jefe». Yo prefiero poner una barrera para no arrastrar los problemas. Especialmente los problemas, pero también las cargas de trabajo a casa.
El día a día de la empresa familiar: roles y profesionalización.
Para el equipo no es lo mismo que vean una conversación entre padre e hija, o padre y yerno, o entre cuñados… a que perciban un rol profesional entre ellos. Puede que el Director General le indique a la Directora de Internacional que el plan definido ha sido bien ejecutado, o informe al Director Financiero que debe reconducir sus cálculos porque no han cuadrado las proyecciones. Se pretende enfatizar las competencias de las personas y no el parentesco que exista entre ellas.
Es una manera de profesionalizar la gestión, si realmente es lo que quieres. Hay que buscar la fórmula cómoda para cada empresa familiar. Hay empresas familiares, donde la persona que la fundó, desea que sea de otra manera, y que entre ellos se traten como padre, hijos, etc. Es muy respetable, pero sinceramente, creo que este modelo de organización es mucho más difícil de gestionar, por la emocionalidad que le ponemos.
Trabajar para mantener el sueño emprendedor.
Desde que he asumido el cargo de Directora General me pregunto muchas veces ¿por qué hay empresas familiares que han sobrevivido a padres, hijos y nietos y otras que han desaparecido después de la primera generación? No me gustaría que lo que con tanto valor, esfuerzo e ilusión construyó mi padre, desapareciera porque, más allá del entorno económico, no haya sabido seguir profesionalizando la empresa.
Y sucede que las empresas crecen, evolucionan y están vivas (¡como una familia!). El saber cuál es el papel de cada uno en la empresa familiar ayuda a centrar mucho mejor el rol de las nuevas incorporaciones, sean parientes o no. Mantener esa distancia entre la familia y la empresa facilita a esas nuevas incorporaciones a ser valoradas por sus capacidades y habilidades, y no por ser “el hermano de…”.
Cuatro acciones estratégicas.
Si tuviera que enumerar cuatro acciones estratégicas para el negocio, que ayuden a la incorporación de familiares y que la gestión diaria no pierda profesionalidad, diría las siguientes:
- Definición clara y nítida de la cultura y de los valores. Las familias siguen unidas gracias a los vínculos que existen dentro de ellas. En la empresa familiar estamos obligados a crearlos también, porque marcan los límites y nos ayudan a cambiar de rol. Es una gran ventaja frente a empresas convencionales.
- Potenciar el crecimiento del negocio para crear oportunidades a las siguientes generaciones. Mientras mayor sea el negocio o diversificada su actividad, mayor será la capacidad de la organización para absorber nuevos puestos funcionales. Por ejemplo, abrir la estrategia de la empresa a retos de internacionalización, digitalización, etc.
- Trabajar con una estrategia a largo plazo. Al querer que nuestra empresa perviva de una generación a otra, a veces creo que debemos ser más cautos para proteger el negocio. Aunque también es cierto que existen fórmulas para poder emprender y arriesgarse sin poner en peligro a la empresa.
- Diseñar un protocolo familiar personalizado. No se trata solamente de evitar conflictos durante la sucesión entre generaciones, sino también de una definición del camino a seguir para aquellos familiares que quieran integrarse en el negocio. A esto le damos mucha importancia, porque de DICOMOL dependen muchas familias y no me gustaría ver a una persona no preparada ocupando un rol directivo para el cual no esté capacitado. Por muy familiar que sea.
En el blog del profesor emérito Josep Tàpies del IESE podéis encontrar mucha más información y consejos para mejorar como gestores de una empresa familiar sin sacrificar aspectos del negocio y de la familia.
Mi vida es mi familia y mi familia es mi empresa.
Con todo esto no quiero decir que pongamos una pared entre empresa y familia, sino que aprendamos a ser profesionales y obviemos las emociones en nuestro rol dentro la empresa. Tampoco digo que sea bueno romper el vínculo empresa y familia. Considero que es necesario que en casa, indistintamente que en un futuro los hijos puedan dar continuidad o no a la empresa, se vivan y se compartan los valores de la empresa familiar. En muchas ocasiones ayudará a que puedan entender el por qué un domingo hay que ir a hacer la facturación o por qué este verano han tenido que llevar los patinetes a la fábrica mientras la familia gestionaba y ayudaba al cambio de instalaciones.
Gracias por haber llegado hasta aquí, espero que os haya sido útil y contactad conmigo o con el equipo de The Flash CO si necesitáis algo más u os apetece intercambiar más experiencias. ¡Hasta el próximo post!
Estela Sánchez, Directora General de DICOMOL.