La innovación frugal, cuyo origen surge en la India, va mucho más allá del simple hecho de diseñar una versión más barata de un producto existente. Este concepto nace de la filosofía de los habitantes más desfavorecidos del país asiático por desarrollar una habilidad imprescindible para su supervivencia. Una habilidad basada en hallar soluciones y oportunidades, con los elementos disponibles a su alcance en un entorno de escasez. Y en el idioma hindi, a este pensamiento se le conoce como ‘jugaad’.
Ahora bien, este concepto precisa de una mentalidad completamente nueva en el ámbito empresarial. Bajo el paradigma de la innovación frugal, se debe profundizar aún más para comprender las necesidades reales de los consumidores. Igualmente, se promueve el encontrar vacíos que puedan convertirse en oportunidades y sobre todo, revisar la forma en que la compañía está organizada.
Y en relación a esta nueva comprensión de necesidades del cliente, según una encuesta de McKinsey & Company realizada en mayo de 2020, la asequibilidad será el factor número uno que los consumidores tendrán en cuenta a la hora de adquirir un producto tras la crisis de Covid-19. Igualmente, un estudio reciente elaborado por el IBM Institute for Business Value muestra que los usuarios se preocupan cada vez más por los problemas sociales y ecológicos. En este sentido, este informe concluyó que el 40% de los consumidores prefieren comprar productos que estén alineados con sus valores personales.
Y para hacerlo, las empresas deberán adoptar los principios de la innovación frugal. ¿El objetivo? Diseñar una estrategia disruptiva que permita a las organizaciones desarrollar y lanzar productos y servicios asequibles y sostenibles que brinden un mejor valor a los clientes por menos.
Los 3 principios de la innovación frugal
En concreto, las empresas pueden utilizar estos tres principios básicos que plantea el experto de innovación frugal Navi Radjou para desarrollar los mejores productos que satisfagan las necesidades y aspiraciones de los consumidores:
Principio Nº 1: Involucrar al cliente
Una alternativa frugal para las empresas es la de hacer partícipes a los consumidores a lo largo del proceso de creación de sus productos. Mediante un proceso de retroalimentación continua, pueden terminar de perfilar el diseño del producto hasta conseguir una aprobación completa.
Tal es el caso de la empresa de limpieza estadounidense Puracy. Cada vez que formula un nuevo producto, teniendo siempre en cuenta la seguridad y la sostenibilidad del mismo, la compañía hace un testeo con 30 o 40 clientes vips durante dos o tres semanas.
Suele repetir este proceso en dos ocasiones y tras recibir los comentarios de estos clientes, el equipo de I + D perfecciona aún más la fórmula hasta que obtiene una puntuación muy alta en rendimiento y facilidad de uso. Y solo una vez optimizada la fórmula, es cuando la compañía lanza el producto.
Bajo esta premisa, la marca ha conseguido situar en primera posición de venta en Amazon a varios de sus productos.
Principio Nº 2: Optar por la simplicidad
En lugar de rediseñar productos complejos, que tienden a aumentar el gasto en I + D y aumentar el precio para los clientes, las empresas deben aprender a diseñar de manera más simple y barata. Esto ajustará el presupuesto de los compradores, que cada vez son más conscientes del coste de fabricación del producto.
Tal es el caso del fabricante de automóviles Renault. Esta compañía francesa es un gran innovador frugal que apuesta por fabricar vehículos suficientemente buenos y bien diseñados. Al mismo tiempo son muy asequibles y sostenibles. En concreto, el equipo de ingeniería de Renault ha desarrollado una nueva arquitectura de automóvil altamente simplificada con menos piezas, que redujo el uso de materias primas y evitó el sobre coste de herramientas en el taller. Es decir, creo un coche más fácil y barato de producir, y con un precio de adquisición y reparación más bajo.
Principio Nº 3: La sostenibilidad en el epicentro productivo
En lugar de abordar la sostenibilidad como una tarea futura, las empresas deben poner el foco en este ‘mindset’ desde su concepción. ¿El objetivo? Diseñar y fabricar productos libres de residuos y no contaminantes que estén desprovistos de sustancias peligrosas y puedan reciclarse una y otra vez.
Veamos un caso de éxito de una empresa dedicada a la construcción de viviendas modulares. Tras aplicar principios de diseño ecológico y técnicas de optimización de recursos para reducir la huella de carbono de todos sus productos, han aumentado su ciclo de vida en más del 74% desde 1996. Además de salvar el planeta, también ahorran dinero a los clientes, ya que solo necesitan reemplazar algunos elementos ya gastados de los productos que fabrican, en lugar de adquirir todo el producto de nuevo.
Pilar de la innovación social
Es evidente que los procesos de resolución de problemas, basados en la innovación frugal, son una potente herramienta para desarrollar proyectos que mejoren la vida de sociedades con escasez de recursos.
En este sentido, la Universidad de Santa Clara en California es un ejemplo. Sus alumnos crean y desarrollan proyectos de cooperación aplicando la innovación frugal. Por un lado, les ayuda a trabajar con recursos escasos y entrenar el ingenio y por el otro lado, les toman conciencia de que la creatividad existe en cualquier país, sea cual sea su nivel de desarrollo.
En definitiva, para desbloquear oportunidades de crecimiento en una economía golpeada por la crisis, las compañías deben aprender «hacerlo mejor con menos». Y como hemos visto, adoptar los principios de la innovación frugal para desarrollar y comercializar productos puede resultar altamente beneficioso tanto para la empresa como para el consumidor. Si quieres aplicar algunos de estos principios en tu compañía y ver resultados, no dudes en contactar con nuestro equipo. ¡Te esperamos!