La tecnología de la fabricación aditiva ha progresado enormemente y el ecosistema de proveedores y variedad de materiales se han expandido. Esto significa que, en la economía digital, las máquinas de impresión 3D pueden fabricar un mayor rango de productos y en mayor volumen.
Por lo tanto, la tecnología de fabricación aditiva está lista para su adopción generalista: al igual que los medios de fabricación convencionales, pueden fabricar formas y estructuras complejas y pueden hacer el cambio fácilmente de producir un producto a otro totalmente distinto.
Las empresas deberían cuestionarse como afecta este cambio de paradigma tecnológico a sus modelos de negocio y qué estrategias empresariales son las mejores para explotar esta oportunidad y defenderse contra los rivales que hagan el cambio a la fabricación aditiva. La tecnología permite una capacidad sin precedentes para customizar productos y responder rápidamente a los giros de la demanda. Ha evolucionado desde la capacidad de fabricar prototipos, hasta ocupar un rol protagonista en los procesos de fabricaciones muchas industrias.
Modelos de negocio emergentes
Os explicamos cuatro. Los dos primeros, que vamos a listar a continuación, explotan la superioridad de la capacidad de fabricar diferentes variantes de un mismo producto comparado con la fabricación tradicional y mejoran la experiencia de cliente. El tercero se aprovecha de la facilidad de la tecnología 3D para fabricar formas complejas. Y, finalmente, el último se apalanca en la eficiencia que se gana con la fabricación aditiva.
Customización masiva
Este modelo de negocio lleva al extremo la variabilidad de un mismo producto. Se trata de maximizar la capacidad de fabricar un producto ajustado a las necesidades o caprichos de un consumidor individual en concreto. La customización masiva es útil para grandes mercados en los que la demanda no se puede satisfacer con productos estandarizados y donde es fácil conseguir información sobre cada cliente. Por ejemplo la industria de la ortodoncia, accesorios de automóviles, etc…
Este modelo de negocio se enfrenta al reto de reducir el coste de adquisición de los datos individualizados de cada cliente.
Variedad masiva
Este modelo de negocio pone el foco en aquellos consumidores que presentan preferencias o gustos cambiantes, pero no requieren productos específicos ajustados a sus necesidades. Los fabricantes pueden obviar el proceso de conseguir datos individualizados y suplirlo con una extensa gama a precios asequibles. El sector de la joyería es un ejemplo.
Además, en vez de mantener un gran y costoso stock de componentes y unidades no vendidas, los retailers pueden esperar hasta el momento que se produce la demanda, para ordenar la fabricación del producto.
El mayor desafío para este modelo de negocio es dimensionar correctamente la oferta. Encontrar el tamaño de la gama de referencias que cubra las necesidades de la demanda, pero que no llegue a abrumar a los consumidores y genere puntos de fricción en la experiencia de cliente. Los fabricantes deberán utilizar inteligencia artificial para ajustarse a las peticiones del mercado y responder a lo que los consumidores desean. Han de estar siempre preparados para diseñar nuevas referencias y retirar aquellas que ya no se venden. Sin duda, este acercamiento al mercado es mucho más fácil con la fabricación aditiva que con la fabricación tradicional.
Complejidad masiva
Este modelo de negocio explota la capacidad de la fabricación aditiva para reproducir productos con una geometría «imposible», que no puede ser fabricada por los medios productivos tradicionales. Esta capacidad reduce drásticamente los costes de fabricación, a la vez que aumenta las posibilidades de hacer factibles diseños que, a priori, no son viables industrialmente.
Llevado al extremo, con las nuevas soluciones de software que están emergiendo, la fabricación aditiva está permitiendo restructurar materiales a niveles microscópicos y variar propiedades como la porosidad, la resistencia, la conductividad, etc…
La mayor limitación para este modelo es la imaginación humana. Ya se está desarrollando software, por ejemplo Dassault o Autodesk, que genera geometrías y superficies de alta complejidad, a partir de requerimientos funcionales y de coste.
Estandarización masiva
Al contrario de lo que se cree, la fabricación aditiva también se puede utilizar para grandes producciones de un producto estandarizado. En este área, la tecnología todavía es emergente, pero puede llegar el momento que sea disruptiva.
Por ejemplo, muchas pantallas de OLED se están fabricando según este tipo de tecnologías, con lo que el coste de las mismas ha bajado en picado.
En este caso, se necesitan impresoras muy específicas para cada aplicación, lo que limita el mercado de las mismas y la rentabilidad del negocio.
El éxito necesita un planteamiento estratégico
Los modelos de negocio anteriores no se excluyen entre sí. Se puede generar más valor combinando varios de ellos. De hecho, una vez que la compañía ha generado ventajas competitivas con la fabricación aditiva, las puede aplicar en una gran variedad de escenarios de negocio.
En definitiva, los cambios han venido para quedarse, pero las ventajas de la economía digital tanto para las personas como para las empresas son innegables. No obstante, para que las empresas lleven a cabo una transformación digital exitosa, es necesario plantearse y diseñar una reestructuración del negocio antes de llevar a cabo la implementación de las nuevas tecnologías. Es decir, tan solo el utilizarlas no implicará una transformación. Si quieres comenzar con esta transición y tienes dudas al respecto, contacta con nosotros y cuéntanos. Podemos asesorarte. ¡Te esperamos!
Este post está basado en el artículo de Richard A. D´aveni, Business models for additive manufacturing, publicado por Harvard Business Review en Julio – Agosto del 2018.