Como ya todos sabréis a estas alturas, la innovación no es un camino recto, ni llano, ni rodeado de margaritas que vas recolectando mientras cantas una cancioncilla. Más bien puede ser todo lo contrario, un sendero retorcido que atraviesa oscuros bosques, donde la magia parece imperar frente a la lógica y la realidad.
Vivimos en un mundo cada vez más cambiante, donde los retos y / o problemas necesitan cada vez más un enfoque interdisciplinar y por que no, un poco de magia. Sobre todo, cuando nos enfrentamos a un problema embrujado. No hablamos de grandes problemas que se puedan dividir en problemas más pequeños y buscar pequeñas soluciones para cada uno, si no que nos referimos a problemas en los que la pregunta no está del todo clara, la información es insuficiente (o hay demasiada). Parece como si la estrategia no tuviera sitio.
Normalmente, el problema se resuelve con información que no tenemos y no sabemos dónde encontrarla porque lo más probable es que esté fuera de nuestra área de conocimiento y experiencia. Las mejores metodologías de resolución vienen del mundo del diseño y de la innovación: observación, experimentación, acción-iteración, intuición, abstracción-especificidad, complejidad, caos.
Características de los problemas embrujados:
- No tienen un único enunciado.
- No tienen una solución definitiva.
- Las soluciones a los problemas embrujados no son verdaderas o falsas, sino buenas o malas.
- No se puede comprobar inmediatamente si la solución es correcta.
- No hay oportunidad de aprender por ensayo y error.
- Cada problema es esencialmente único.
- Cada problema puede ser considerado como un síntoma de otro problema.
- Sus causas no suelen estar claras, ya que dependen de la perspectiva de cada persona.
- Los gestores del proyecto no tienen derecho a equivocarse y son responsables de las consecuencias que provocan.
La innovación le debe mucho al design thinking
La innovación a menudo se enfrenta a problemas embrujados. Y no solo nos referimos al mundo empresarial, sino al científico, social y, en general, a cualquier faceta de la vida humana. El design thinking es la metodología y la filosofía de trabajo idónea para resolver problemas embrujados.
Se trabaja con mentalidad grupal de co-creación, de manera interdisciplinar (en contraposición a multidisciplinar) y con perspectiva del ser humano como centro (human centered design). Busca la solución mediante la observación, la empatía y la creatividad.
El design thinking pretende entender culturas, experiencias, emociones, pensamiento y comportamientos para reunir información que inspire el proyecto. Utiliza técnicas más cercanas a la etnografía y la antropología, ya que se busca información cualitativa (razones, sensaciones, creencias).
Reuniendo todos los ingredientes anteriores y trabajando con una filosofía humanística e interdisciplinar es como podremos diseñar pócimas y conjuros que nos permitan resolver cualquier problema embrujado. O, explicado de otra manera, los problemas embrujados no se resuelven buscando el dato y la exactitud, sino aceptando la incertidumbre y reflexionando de modo generalista para, a medida que intuimos una solución, corroboremos su robustez con la búsqueda de información más cuantitativa.
El éxito necesita un planteamiento estratégico
En definitiva, los cambios han venido para quedarse, pero las ventajas de la economía digital tanto para las personas como para las empresas son innegables. No obstante, para que las empresas lleven a cabo una estrategia empresarial exitosa, es necesario plantearse y diseñar una reestructuración del negocio antes de llevar a cabo la implementación de las nuevas tecnologías. Es decir, tan solo el utilizarlas no implicará una transformación. Si quieres comenzar con esta transición y tienes dudas al respecto, contacta con nosotros y cuéntanos. Podemos asesorarte. ¡Te esperamos!
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