Para todo debe existir un responsable, un líder, un promotor, un sponsor,…¿seguro? Para una estrategia de innovación no, o al menos, no una persona individual. La innovación es tan estratégica para las empresas que no tiene sentido hablar de un único creador, responsable o promotor. Es tan crucial para la competitividad futura de las organizaciones que es imposible que su éxito recaiga en el esfuerzo de un único departamento y menos de una persona.
En todo caso, la innovación estratégica tiene varios creadores y responsables, que atienden a las diversas facetas de un negocio.
Los recursos humanos como creadores y responsables de la estrategia de innovación.
Desde nuestro punto de vista el gran olvidado en las estrategias de innovación y el más crucial a la hora de accionar el motor de innovar. La innovación es un proceso metodológico donde el perfil curioso, creativo y con cierta aversión al riesgo es indispensable para su desempeño. Trabajar para que las personas de una organización desarrollen habilidades y se capaciten en este sentido es una de las palancas de éxito de cualquier estrategia de innovación.
Los nuevos departamentos de recursos humanos (talento, cultura,…) deben asumir el liderazgo en el despliegue de los planes de innovación, trabajando para la eliminación de la frustración de las personas y los equipos de trabajo, promoviendo la autogestión en los procesos de trabajo cotidianos y generando espacios de seguridad que permitan a los empleados desenvolverse desde su propia personalidad, propósito y capacidades.
En definitiva, implantar con éxito una estrategia de innovación requiere de organizaciones que se desenvuelven en entornos de alta incertidumbre y carencia de información. Por lo tanto, los departamentos de recursos humanos se van a erigir como la pieza central de un arco a la hora de convertir a las empresas en grupos de trabajo ágiles, con herramientas para combatir la incertidumbre y con su propósito alineado con el de sus empleados.
Cualquier estrategia de innovación nace de un propósito organizacional que la englobe. Y cualquier propósito personal de los empleados debe estar alineado con el de la empresa. Tener propósitos diferentes significa estar en un lugar incorrecto.
Los departamentos de I+D como creadores y responsables de la innovación estratégica.
No hay nada más dinamizador de la innovación que la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías, productos, servicios, procesos o cualquier otro activo que permita a las empresas crear valor para sus clientes. Sin embargo, la actividad de I+D es una navaja de doble fijo, pues tiene fama de endogámica, a veces intransigente y poco conectada con la realidad del negocio. La clave la tenemos en la creación de valor para nuestros clientes.
No podemos exigir a un departamento de I+D conexión con el mercado, si su propio diseño e inserción en la estructura de la organización y la cultura no se lo permiten. Tradicionalmente la actividad de estos departamentos ha sido poco comprendida, debido a la complejidad de sus tareas, y siempre que se ha podido, ha sido esquivada e ignorada en las decisiones trascendentales de desarrollo de la oferta comercial. Por supuesto, no en todas las compañías ni industrias es así. Pero, en aquellas que se percibe el departamento de I+D como un grupo operativo y no clave, se tiende a aislarlo.
Las estrategias de innovación que no consideren la actividad de I+D como una actividad clave para la competitividad futura, no merecen llamarse estrategia y menos innovación. Mientras más investigador sea, más estratégico y disruptivo se convierte el departamento de I+D. Mientras más desarrollador sea, más táctica e incremental será su innovación. Pero, nunca estaremos delante de un departamento operativo.
Promover que la actividad de investigación y desarrollo sea llevada a cabo por equipos transversales a todo el negocio y multidisciplinares es básico para implantar estrategias de innovación con una mayor ratio de éxito. Unir negocio con investigación es un binomio ganador.
Los departamentos de información como creadores y responsables de la estrategia de innovación.
El CIO como técnico enredado entre claves dentro de mazmorras atestadas de ordenadores ha desaparecido. Los directores de información y tecnología son clave en la implantación de las estrategias de innovación. Hoy en día, no hay propuesta de mejora o plan de activación que no necesite tecnología. Por esta razón, en cualquier comité directivo actual la figura del CIO es crucial para dotar de viabilidad a las estrategias de innovación.
Pasa un poco lo mismo que con los departamentos de I+D. La digitalización es un fenómeno tan complejo que la mayoría de las áreas de la empresa evitaban entrar en contacto con el área de TI. Sin embargo, esta situación se ha solucionado con la aparición de un CIO con mayor comprensión del negocio y de sus necesidades y con la conciencia del resto de la organización sobre el cambio de paradigma tecnológico que estamos viviendo y la obligación de adaptarse, comprenderlo y explotarlo si queremos aprovechar las oportunidades que el mercado nos brinda.
Finalizaremos con un último apunte. La estrategia de innovación no nace de un board arcaico, poco proactivo y que tema la incertidumbre. Sin unos directivos convencidos en implantar nuevas maneras de trabajar, que valoren la actividad de I+D en función del ciclo vida de cada categoría comercial y que utilicen la tecnología como un medio habilitador del cambio y de la transformación de sus organizaciones, no ha hay estrategia de innovación válida.
Si quieres comenzar con esta transición y tienes dudas al respecto, contacta con nosotros y cuéntanos. Podemos asesorarte. ¡Te esperamos! Cierra una reunión aquí. Estamos deseando escucharte.