Históricamente los grandes cambios sociales han sido consecuencia de una disrupción tecnológica y el periodo de estabilidad y bienestar ha durado hasta que la tecnología en cuestión ha llegado a su madurez. En esos momentos, en los que se necesita eficiencia y se lucha por poseer recursos naturales, han aparecido las grandes guerras. Volver a los principios del management tradicional y apoyarnos en herramientas de data driven es la clave para alargar el ciclo.
Ahora mismo, y siendo conscientes de que esta opinión no puede ser compartida, no estamos en un momento de disrupción tecnológica. Es cierto que se habla mucho de digitalización, industria 4.0, 5G, inteligencia artificial ente otras…pero, si somos sinceros, todas esas tecnologías o ya están maduras y no se han aplicado por falta de un ROI atractivo, o son una mejora eficiente de tecnologías existentes o simplemente son un hype.
Estamos en un nuevo punto de madurez tecnológica y de falsa abundancia. Los países y las empresas se pelean por los recursos. Si queremos evitar guerras, la productividad va a tener que conseguirse a base de automatización generalizada (otra tecnología madura), a base de volver a los principios del management tradicional, esta vez reforzados por herramientas de data driven (estadística de toda la vida apalancada en computación) y a base de las personas. Debemos olvidarnos de palabras como extraer y expoliar y sustituirlas por otras como gestionar, ahorrar y reutilizar.
Al borde del caos.
Cuando las cosas van bien, el ser humano tiende a pensar que siempre será así. Hasta que de repente, todo se acaba. Le ha sucedido a muchas civilizaciones antiguas y a muchas empresas. Seguro que alguna o alguno que lea este post piense que su empresa será eterna y siempre fue igual. Pues no.
Toda la eficiencia y productividad que existe en las fábricas y en los procesos productivos (recordemos que es muy mejorable y solo depende de aumentar el grado de automatización. Esto sucederá cuando la logística sea un factor de de coste, en vez de una ventaja competitiva. O sea, ya.), parece que no es aplicable a los departamentos de cuello blanco y no se tienen en cuenta muchas de las lecciones básicas de gestión y estrategia empresarial aprendidas en el periodo que va desde los 60 a los 90 del siglo pasado.
Nuestras empresas se han burocratizado en exceso. ¿No tenéis la sensación de que muchos puestos de gestión están mal definidos o, simplemente, sobran?. Parece que se evita o se desconoce la filosofía del data driven management, porque eso descubre las áreas de mejora que, muchas veces, se perciben como errores. Por lo tanto, la vuelta al management tradicional y el uso de metodologías y herramientas data driven deben ir acompañados de una evolución cultural y una formación básica.
No es por alarmar, pero los grandes declives de muchas organizaciones y sociedades se han producido poco tiempo después de conseguir su máximo esplendor. Se olvidaron de gestionar el éxito y sus riquezas. Se olvidaron de las lecciones y los valores que les hicieron grandes y los convirtieron en una referencia para los demás. Lo que vino luego fue el caos.
Una crisis que ya dura demasiado.
Ya nadie se acuerda, pero justo antes del coronavirus estábamos entrando en una etapa de recesión. ¿Cómo era posible? En teoría, teníamos preparadas un montón de nuevas tecnologías que iban a impulsar nuestras economías al infinito. Ciertamente, volvemos a insistir, no.
Lo que el coronavirus nos ha dado es un baño de realidad. Nuestras economías están estancadas, los recursos naturales son cada vez más escasos y el daño ecológico al planeta empieza a ser irreversible. Por lo tanto, no nos queda más remedio que gestionar lo que hemos ganado hasta ahora en beneficio de todos. Y para gestionar bien, la tecnología nos permite hacerlo procesando gran cantidad de datos que obtenemos gracias a otras tecnologías. Tener claro qué información queremos es básico para escoger y procesar el dato o datos más adecuados. Esto es pensar en clave data driven.
Como decíamos anteriormente, somos de la opinión que vamos a ver una automatización masiva (más de la que ya existe) y rápida de muchas industrias y esto va a expulsar a mucha mano de obra de baja calificación (más de la que ya se ha expulsado). A su vez, esto reducirá el poder de consumo (por suerte) y nos obligará a diseñar modelos de negocio basados en la reutilización y el pago por uso. Esa búsqueda de la productividad afectará a todos los departamentos de nuestras empresas y se llamará data driven management.
Para poder salir de esta crisis con solvencia, todos los beneficios que se deriven de la mejora en gestión deben ir destinados a la atracción y generación de talento. La formación será una actividad clave de todas las compañías y las personas estaremos allí donde el ordenador o las máquinas no tengan cabida. Básicamente en dos lugares, donde haga falta sentido común y donde se necesite creatividad.
El éxito necesita un planteamiento estratégico
En definitiva, los cambios han venido para quedarse, pero las ventajas de la economía digital tanto para las personas como para las empresas son innegables. No obstante, para que las empresas lleven a cabo una estrategia empresarial exitosa, es necesario plantearse y diseñar una reestructuración del negocio antes de llevar a cabo la implementación de las nuevas tecnologías. Es decir, tan solo el utilizarlas no implicará una transformación. Si quieres comenzar con esta transición y tienes dudas al respecto, contacta con nosotros y cuéntanos. Podemos asesorarte. ¡Te esperamos!
Cierra una reunión aquí. Te asesoraremos sin compromiso en materia de estrategia empresarial, innovación y desarrollo de proyectos. Estamos deseando escucharte.