Digitalización

La digitalización es anti-estratégica

La digitalización no es la solución a todos nuestros males. Es más, es posible que sea la causa de otros peores que ni siquiera sospechamos. Aunque deberíamos. La digitalización llevada a cabo de manera operativa, sin una reflexión estratégica profunda y enfocada únicamente en la mejora de la eficiencia del modelo de negocio, no es más que una actualización tecnológica. Es implantar tecnología digital. Solo eso.

Dejarnos llevar por modas, opiniones o corrientes de actuación es una actitud muy peligrosa si tomamos el camino de la digitalización. A continuación, os explicamos por que hablamos de anti-estrategia y las barreras que encontramos en muchas compañías para afrontar con seguridad la digitalización.

La digitalización es una caja de Pandora

Las empresas tradicionales, aquellas que han nacido en una época analógica, disfrutan de modelos de negocios asentados y normalmente operan y obtienen beneficios de mercados maduros. En ese entorno, tienen controlados a sus competidores, atraen el talento que necesitan y su cultura de trabajo es la óptima (no queremos decir la mejor) para las operaciones del modelo.

Y de repente, alguien decide digitalizar la compañía. Pero, ¿Qué significa eso? En el sentido más amplio y más amable significa abrirse a nuevas oportunidades, al crecimiento. Siendo realista, estamos hablando de exponer la empresa al mundo digital, donde no está acostumbrada a operar. En definitiva, estamos abriendo la puerta a nuevos competidores y jugando en un terreno de juego que desconocemos.

Por ejemplo si emprendemos la digitalización desde la apertura de un canal de venta digital, sin tener en cuenta las nuevas reglas competitivas, estaremos poniendo en serio peligro la viabilidad del negocio. Sin ir más lejos, competirás con pure players digitales, que tendrá un modelo de negocio totalmente digital y optimizado.

Además, mostrarte al mundo como una empresa digital, sin cambiar la cultura de la organización, provocará que tus empleados se frustren y no consigas atraer nuevo talento. La frustración vendrá provocada por que se instalará software sin adecuar los procesos ni capacitar las personas, por ejemplo. La no atracción, será un consecuencia de la imagen exterior de la marca anclada en el pasado.

La barrera del dinamismo

La cultura industrial analógica concibe el mundo de manera estática, secuencial y predecible. Se quiere aceptar que el modelo de negocio es inalterable y que se va a mantener en el tiempo. Lo que siempre ha funcionado, seguirá funcionando y no hay que tocarlo. Nada más lejos de la realidad.

Para poder emprender la digitalización de manera estratégica, lo primero que debemos aceptar es el dinamismo y aceptar que todo cambia. Y deprisa. El movimiento contante (no rápido) te permite equivocarte de manera barata, aprender y rediseñar la estrategia.

La relatividad del espacio – tiempo en la digitalización

Fijaros en un nuevo hábito, derivado de la pandemia: la mayoría ya nos hemos acostumbrados a reunirnos a través de video conferencias. Se ha eliminado la dimensión espacial y podemos hacer en un día más reuniones, que antes en una semana. Al no haber espacio, se acelera el tiempo.

En la digitalización el tiempo se erige como la variable crítica: todo se acelera. Que podamos hacer muchas más reuniones en menos tiempo, significa que podemos tomar más decisiones de manera más rápida y esto se traduce en un aumento de la competitividad. Por supuesto, a nuestros competidores les sucede lo mismo. Todos somos capaces de actuar y reaccionar en menos tiempo a los cambios del mercado.

Cualquier proceso de digitalización que se lleve a cabo sin contar con la relatividad del espacio – tiempo, será una digitalización anti-estratégica.

El éxito necesita un planteamiento estratégico

En definitiva, los cambios han venido para quedarse, pero las ventajas de la economía digital tanto para las personas como para las empresas son innegables. No obstante, para que las empresas lleven a cabo una estrategia empresarial exitosa, es necesario plantearse y diseñar una reestructuración del negocio antes de llevar a cabo la implementación de las nuevas tecnologías. Es decir, tan solo el utilizarlas no implicará una transformación. Si quieres comenzar con esta transición y tienes dudas al respecto, contacta con nosotros y cuéntanos. Podemos asesorarte. ¡Te esperamos!

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