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El mejor departamento de innovación es el que no existe.

Existen innumerables estereotipos, algunos más trendings que otros, sobre el departamento de innovación. Y es un reto importante para los CEO´s saber discernir lo útil de lo aparente. El crecimiento de la industria en general depende de la capacidad de innovar que, a su vez, es función directa de como se opera y se procesa la innovación en el interior de las organizaciones. Pero ¿Qué hace que un departamento de innovación cumpla con su propósito y tenga éxito? ¿Y cómo evitamos aislarlo del resto de la organización y del negocio?

Lo esencial es que la innovación esté integrada en la cultura de trabajo de la empresa y, por lo tanto, en sus procesos. La integración organizacional del departamento de innovación es la frontera entre el éxito y el fracaso, entre lo útil y lo aparente, entre saber gestionar la incertidumbre y reaccionar torpemente a los imprevistos.

En lugar de proteger a los innovadores y exhibirlos como una rara avis en salas, posts de Linkedin, plantas o edificios separados, los principales responsables de la innovación en la empresa, entendida como la respuesta en forma de nuevos proyectos y servicios frente a los cambios del mercado, deben formar parte de los comités estratégicos y cualquier persona de la organización debería ser capaz de aportar a la innovación de la compañía.

Una integración efectiva del departamento de innovación

Debe existir una integración efectiva y medible de la innovación en los procesos de trabajo. Para conseguirlo, se debe trabajar en tres direcciones:

  1. Crear una organización multi capacitada y con un propósito común: el departamento de innovación no debería existir como tal. Cualquier perfil profesional, como los técnicos de marketing, de desarrollo de producto, los vendedores y los financieros deberían tener incentivos comunes para innovar en torno a los procesos, el coste, las ventas y la satisfacción del cliente. Y esto supone crear equipos basados en las capacidades y conocimiento de las personas y no en función de su rango o puesto funcional. Se trata de conseguir una cultura de innovación y trabajo que mejore la empresa en sí, no solo sus productos y sus servicios.
  2. Los empleados han de impulsar la transformación cultural y la integración de la innovación. Es básico que se cuente con las personas y es esencial cumplir tres objetivos básicos:
    • Traducir objetivos comerciales en objetivos conductuales. Es indispensable que las organizaciones faciliten la conversión de los objetivos de negocio en comportamientos compatibles con la consecución de estos.
    • Identificar los problemas fundamentales que necesitan ser solucionados para facilitar que los empleados/colaboradores adopten nuevos comportamientos. Concienciar a los mandos intermedios sobre la importancia de dedicar tiempo a explicar y compartir sus decisiones con sus equipos para influir en el comportamiento de las personas.
    • Incorporar nuevos comportamientos en las rutinas para convertirlos en hábitos. Trabajar en proyectos transversales con objetivos interdepartamentales utilizando nuevas metodologías y dando voz y un papel activo a todos los empleados/colaboradores, sobre todo, en materia de innovación.
  3. Orientar a la empresa hacia la innovación. Organizar la actividad de la empresa alrededor de las interacciones con el cliente, con la marca y cada uno de los elementos de la cadena de valor. Por este motivo, los departamentos de ventas, marketing y operaciones trabajarán conjuntamente para maximizar el valor de dichas interacciones y aumentar el rendimiento del proceso comercial. Será imprescindible reorientar y definir los nuevos procesos para asegurar la entrega de valor y hacer efectiva esta estrategia.

Nuevas tecnologías y formas de trabajar

La gestión del dato y la adopción de nuevas tecnologías es imprescindible para mejorar la experiencia,  dar respuesta en tiempo real y nutrir de información y conocimiento a los procesos de innovación. Al mismo tiempo, permitirá desarrollar modelos de analítica avanzada para dinamizar los procesos, escalarlos y conseguir una mejora de los ingresos.

Las personas han de adoptar nuevas maneras de trabajar basadas en procesos iterativos y de co-creación con el mercado. Esto permitiría innovar dirigidos por la demanda e invirtiendo a medida que se consiguen los objetivos.

Innovación = incertidumbre + clientes + empleados

La buena noticia: las organizaciones que acertaron en estos tres temas verán beneficios tanto en el desempeño de la innovación como en el crecimiento del negocio. Se demostrará que el mejor departamento de innovación es aquel que está disuelto en el a organización a través de nuevos procesos que nacen y desembocan el cliente. La obligación de renovar constante la oferta conduce a trabajar en la cultura, ya que los cambios necesitan un ecosistema específico para que los proyectos pasen a la operación y no sufran resistencia en las áreas comerciales y operativas. Una nueva cultura es necesaria. No sólo para las operaciones del día a día, sino para incorporar el resultado de la innovación a su oferta cotidiana sin fricciones.

Así pues, los directivos que tengan claro lo que aporta la innovación a su rentabilidad presente y futura, serán personas que faciliten a sus equipos de trabajo las herramientas necesarias para que la incertidumbre no les entumezca y les permita trabajar con confianza. Será conveniente contar con una cultura que atienda los cambios de forma sistemática, construir organizaciones flexibles, ágiles y abiertas en las que el cambio forme parte de su día a día.

Para finalizar, las organizaciones TEAL son el modelo a seguir. En ellas, el capital humano es el protagonista y, además, simplifican la jerarquización y otorgan menos importancia al control. Fomentan el sentido de la responsabilidad de sus trabajadores y les ofreciénde continuas oportunidades de formación y desarrollo profesional y personal.

El éxito necesita un planteamiento estratégico

En definitiva, los cambios han venido para quedarse, pero las ventajas de la economía digital tanto para las personas como para las empresas son innegables. No obstante, para que las empresas lleven a cabo una estrategia empresarial exitosa, es necesario plantearse y diseñar una reestructuración del negocio antes de llevar a cabo la implementación de las nuevas tecnologías. Es decir, tan solo el utilizarlas no implicará una transformación. Si quieres comenzar con esta transición y tienes dudas al respecto, contacta con nosotros y cuéntanos. Podemos asesorarte. ¡Te esperamos!

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