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Guía básica para estructurar un modelo de innovación

En el último siglo las empresas han desarrollado procesos para estructurar casi cualquier función de un negocio. Se han creado modelos de éxito que se han difundido por todo el mundo. Sin embargo, no existe un modelo de innovación de referencia o, al menos que, sea aplicable en cualquier industria y sector.

La explicación parece sencilla, la estandarización de procesos funciona muy bien con actividades rutinarias y sin embargo, la gestión de la innovación se le resiste debido a la falta de rutinas y la presencia de la creatividad.

Modelos de innovación, dónde de verdad se innova

Tres aspectos clave a tener en cuenta siempre

  1. El modelo de innovación debe servir a las personas que impulsan la innovación y no al revés. Los impulsores son perfiles como los intra-emprendedores, equipos transversales y sponsors que permiten que todo funcione. No burocraticemos su día a día.
  2. En innovación siempre hay sorpresas y contratiempos. El modelo de innovación debe permitir cometer errores en las fases iniciales y poner en valor el conocimiento que se genere. Y, por lo tanto, no debe ser un sistema punitivo ni fiscalizador que persiga la eliminación de ideas o cancelación de proyectos.
  3. Los mejores modelos de innovación contienen varios modelos. Los equipos escogerán aquel modelo de innovación que mejor se adapte a sus circunstancias y lo modificarán, si lo creyeran necesario.

¿Por qué necesitamos estructurar un modelo de innovación?

Primero de todo, los gestores del modelo de innovación deben tener visión estratégica. La confianza de la dirección de la empresa en el modelo de innovación dependerá de que los nuevos proyectos de desarrollo empresarial se gestionen con foco en los objetivos estratégicos de la compañía. Sin perder de vista el negocio.

Un modelo de innovación que realmente funciona ayuda y asegura que los recursos están siendo invertidos en esos proyectos estratégicos. Se incluye puntos de control y validación (seguimos huyendo de la burocracia) para que los equipos de innovación no se desvíen del objetivo y no pierdan la visión de negocio.

Finalmente, tener un modelo de innovación estructurado promueve que las ideas y el talento intra-emprendedor venga de cualquier parte de la organización. Así nos aseguramos que la innovación no proviene de un solo grupo de personas. De la misma manera, un modelo de innovación estructurado posibilita que cualquier directivo se convierta en un sponsor de la innovación. Se le asigna un presupuesto o bien se crean premios e incentivos que animen a las personas a innovar.

Capacidad para evolucionar de manera natural

Los directivos de cualquier empresa deben revisar y ajustar las prioridades de su porfolio de nuevas iniciativas de negocio. Y en la economía digital, todavía es más necesario. Un modelo de innovación debe ser suficientemente flexible para poder adaptarse a esos cambios y absorber la incertidumbre. Con este fin se crean momentos de revisión y lo espacios entre cada momento se convierten de manera natural en espacios secuenciales de trabajo. Tienen objetivos parciales y están planeados en función de la confirmación de eventos futuros.

En estos puntos de revisión se realiza también la estrategia de innovación y se redefinen o se reasignan recursos.

¿Qué funciona y qué no?

  1. Un proceso que da poder a sponsors voluntarios seleccionados por el equipo de trabajo probablemente funcione.
  2. Un proceso enfocado en optimizar la asignación de recursos en un porfolio determinado de proyectos tiene muchas probabilidades de éxito.
  3. Un proceso que se concentra en intentar evitar los fracasos seguramente fracasará. Cuando se intenta prevenir el fallo se tiende a sobre analizar, micro gestionar y deshumanizar el modelo de innovación.

La clave principal para que un modelo de innovación funcione es que no esté aislado del resto de procesos del negocio, ni del día a día. Su integración ayuda a los directivos y equipos a visualizar el valor aportado (no es necesario a esperar a los reportes mensuales o trimestrales) y ese valor puede ser aprovechado en forma de oportunidad comercial.

El éxito necesita un planteamiento estratégico

En definitiva, los cambios han venido para quedarse, pero las ventajas de la economía digital tanto para las personas como para las empresas son innegables. No obstante, para que las empresas lleven a cabo una estrategia empresarial exitosa, es necesario plantearse y diseñar una reestructuración del negocio antes de llevar a cabo la implementación de las nuevas tecnologías. Es decir, tan solo el utilizarlas no implicará una transformación. Si quieres comenzar con esta transición y tienes dudas al respecto, contacta con nosotros y cuéntanos. Podemos asesorarte. ¡Te esperamos!

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