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La muerte empresarial. El enigma de las dos preguntas.

Para evitar la muerte empresarial, un líder debe resolver el enigma respondiendo a dos preguntas que son clave en la trayectoria empresarial.

  • ¿Contamos con los conocimientos estratégicos para elaborar una tesis empresarial con visión a largo plazo?. Si en esa pregunta la respuesta es no, la empresa y su equipo tienen un problema importante. Aunque pueda parecer demasiado existencial la empresa debe articular su movimiento corporativo en base a dos puntos.  Cómo es de probable que cambie el mundo y en qué dirección,  y qué capacidades se requieren para aportar valor en ese viaje evolutivo.
  • ¿Contamos con la capacidad de transformación empresarial y la agilidad operativa para generar valor antes de que las reglas del juego vuelvan a cambiar?. Si a esa pregunta la respuesta es no, la empresa y su equipo han dejado de tener un problema. Quizás están a punto de descansar para siempre. Sin está capacidad, por mucho que se quiera lanzar la mirada hacia adelante, la empresa se atragantará en su día a día e iniciará un proceso de descomposición que le llevará hasta la muerte empresarial.

La esperanza de vida cae en picado

Mientras aumenta la complejidad y la incertidumbre en el entorno de negocio, la esperanza de vida de las empresas sigue reduciéndose drásticamente. En España, por ejemplo, la vida media de las empresas es de 12 años. Son las empresas más pequeñas las que pueden ver acelerada su muerte empresarial al no ser capaces de afrontar, por ejemplo, una crisis de una envergadura tan grande como la del covid19. La esperanza de vida podría caer en picado. Además de las consecuencias de la crisis del covid19, las empresas españolas se enfrentan a dos problemáticas muy comunes que podrían acelerar su muerte:

  • La falta de dimensión y tamaño de nuestro tejido empresarial: El tamaño de la empresa es uno de los principales factores de competitividad y, por tanto, de supervivencia empresarial. El tamaño tiene una relación directa con la capacidad para crecer e internacionalizarse, para invertir en I+D+i, para afrontar la digitalización, para acceder a financiación, para impulsar la gestión del talento y la formación, en definitiva, para aumentar la competitividad y la productividad.
  • La relevancia de la Empresa Familiar en la economía: Casi el 89% del tejido empresarial de España está en manos de las pymes familiares. La sucesión suele ser un punto de inflexión en la trayectoria empresarial y la antesala de una muerte anunciada. El negocio afecta a las relaciones de la familia y la continuidad de la empresa depende de esa buena relación. Para evitar el deterioro de la gestión y escapar de las crisis estratégicas se debe de acudir a la profesionalización de la empresa y la planificación de la sucesión generacional. Una crisis de este tipo puede provocar tensiones y una muerte empresarial anticipada.

Muerte empresarial en empresas internacionales

Sobre el papel, las empresas más pequeñas o menos consolidadas son las que mayor probabilidad tienen de desaparecer. Sin embargo, la muerte empresarial es un hecho que también se está produciendo entre las empresas más grandes e internacionales. Nokia, Kodak y Motorola son un claro ejemplo de la falta de comprensión alrededor de la digitalización. De hecho, durante los últimos 50 años, la reducción de la esperanza de vida de las empresas internacionales es muy significativa. Y no existe un patrón concreto que tenga relación con el tamaño de las empresas.

Richard Foster, profesor de Administración de Yale, demostró que la reducción tan significativa en la esperanza de vida de las empresas también se estaba dando en las empresas más grandes e importantes dentro del índice Standard & Poor’s 500. En ese privilegiado grupo de empresas. por ejemplo, la esperanza de vida se había reducido desde los 60 años de vida hasta los 15 años.

La economía digital destronó a los líderes industriales

Al principio de la burbuja de las «.com», cuatro de las cinco empresas más grandes del mundo eran industriales. En la actualidad, las empresas más grandes son tecnológicas y las industriales han quedado completamente relegadas del ranking y del club de empresas influyentes. Las tecnológica ocupan el trono, liderando, además, la transformaciones que se están produciendo en las industrias más importantes.

Google, Amazon, Apple, Facebook han desarrollado nuevos modelos de producción mediante los cuales han cambiado las estructuras y las dinámicas de los mercados en los que operan. Y esas dinámicas han obligado a las empresas a replantear sus estrategias empresariales y a aproximarse a los consumidores con productos y servicios más innovadores.  La economía digital provoca un entorno de negocio donde la digitalización y la velocidad de acontecimientos están condicionando la estrategia empresarial continuamente. Y sin una estrategia empresarial para afrontar la digitalización, la muerte empresarial podría estar cerca.

Las tecnológicas también pueden morir

Jeff Bezos, ejecutivo de Amazon, declaró hace algunos años que su empresa también iba a morir. También dijo que Amazon no era una compañía sistémica, por tanto, nadie iría a rescatarla si las cosas vienen mal dadas. Estas declaraciones debería de poner en alerta a cualquier alto directivo o empresario. Sobre todo porque Jeff Bezos ha abanderado a una generación de directivos que ha revolucionado los negocios en la era de la digitalización.

Por tanto, cualquier empresa, es y será mortal. Y cualquier capricho del destino, más la enorme complejidad añadida del momento actual, provoca que cualquier empresa sea más vulnerable hoy. Todas las empresas tendrán muchas probabilidades de morir. Y más, si en las empresas no existe una clara conciencia de reconocerlo. Hoy, las empresas deben ser consideradas auténticos organismos vivos. Y como tal son y serán mortales, independientemente de su tamaño o escala de operación global.

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