El término diseño se ha convertido en una de esas palabras como «innovación», que tiene diferentes significados en función de quien la escucha. Para nosotros diseño y, diseño de servicios en concreto, es la aproximación al mundo que nos rodea con el ánimo de buscar nuevas posibilidades de hacerlo mejor.
Entendemos también que el diseño de servicios es parte proceso y parte manera de pensar. Es la unión de metodología y propósito que persigue la gestión de la incertidumbre y del cambio, aportando valor sostenible, flexibilidad y resiliencia a las empresas.
Diseñar un servicio y lanzarlo con éxito al mercado no es trivial y mucho menos fácil. El equipo de trabajo juega un rol indispensable. Podemos tener las mejores estrellas, pero si no trabajan como un equipo, fracasaremos. Por eso, siempre abogamos por crear equipos de alto rendimiento.
El diseño de servicios, el gran olvidado
Muchas empresas, cada vez menos, están enfocadas en la creación de productos y su lanzamiento al mercado, la reducción de costes de fabricación y el incremento de márgenes. En este tipo de compañías, la estrategia empresarial se ejecuta de manera lineal y se olvida, demasiado frecuentemente, al cliente y el otro lado de la transacción.
Aquellos negocios que han comprendido el valor de lo intangible, incorporan el punto de vista del diseño de servicios en sus procesos de creación. Han convertido el proceso lineal en uno iterativo y cíclico, compuesto por las fases de comprensión, ideación, prototipado y validación.
Este cambio se consigue si previamente se entiende que para crecer necesitamos buscar continuamente nuevos clientes, nuevas propuestas de valor y nuevos modelos de negocio. Y que estos nuevos procesos se deben ligar a la ejecución y a la escalabilidad. El diseño de servicios consigue esta integración, pero los equipos de alto rendimiento la hacen realidad, sostenible en el tiempo y transforman la cultura de la organización.
Equipo de alto rendimiento en el diseño de servicios.
Se necesita calidad, pero sobre todo variedad. Es crucial incorporar personas con diferentes capacidades y habilidades.
Un equipo de alto rendimiento es multidisciplinar.
El equipo ideal debería ser capaz de cubrir un gran rango de tareas. Mientras más opciones nos ofrezca el conjunto de personas que compongan el equipo, más opciones e ideas podrán generar.
Por la simple razón de que no hay una única solución a un problema, se necesita un equipo lo más variopinto posible. Si todos los miembros tienen la misma experiencia vital, capacidades y habilidades, conocimiento y puntos de vista, el rango de ideas y nuevas soluciones será igual a cero.
En el diseño de servicios, y en el diseño en general, es importante que creemos intencionadamente equipos compuestos por personas de diferentes departamentos y con distinto perfil profesional y personalidad.
El rol no coincide con el cargo.
En un equipo de alto rendimiento el cargo no es relevante y en los procesos creativos, como el de diseño de servicios, todavía menos. Lo importante es el rol que desempeñará en el proceso. El rol describe las responsabilidades que esa persona desempeñará, formal e informalmente, dentro del equipo.
Los roles y no los cargos, son críticos en el éxito de los equipos. Por esta razón, en los equipo de alto rendimiento, cada miembro se siente responsable del diseño final. Da igual la tarea que haya desempeñado, conceptualizar o validar, el sentido de responsabilidad y autoría es el mismo para todos.
Especificar los roles más adecuados ayuda a los miembros del equipo a entender dónde y cómo ellos pueden contribuir mejor al resultado final. Así pues, en función de lo que quieras conseguir, tienes que diseñar un equipo de alto rendimiento compuesto por unos roles específicos.
Equipo significa algo más que hacer reuniones juntos.
En contra de muchas culturas corporativas, sobre todo aquellas que desconocen el potencial del diseño de servicios, un equipo es simplemente un conjunto de personas que se reúnen eventualmente en reuniones o eventos. Nada más alejado de la realidad. Un equipo de alto rendimiento es mucho más:
- Comparten una estrategia o plan de trabajo que les hace partícipes de avances, más allá de las reuniones.
- Crean canales de comunicación propios que enriquecen el proceso creativo y agiliza la gestión.
- Aprenden juntos y los resultados son el producto del enriquecimiento contante por parte de todos los integrantes.
- El diseño de servicios se convierte en un proceso conectado con el negocio y con foco en el mercado.
El éxito necesita un planteamiento estratégico
En definitiva, los cambios han venido para quedarse, pero las ventajas de la economía digital tanto para las personas como para las empresas son innegables. No obstante, para que las empresas lleven a cabo una estrategia empresarial exitosa, es necesario plantearse y diseñar una reestructuración del negocio antes de llevar a cabo la implementación de las nuevas tecnologías. Es decir, tan solo el utilizarlas no implicará una transformación. Si quieres comenzar con esta transición y tienes dudas al respecto, contacta con nosotros y cuéntanos. Podemos asesorarte. ¡Te esperamos!
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