El futuro sólo podemos escribirlo entre todos y, si queremos que suene bien, más vale que empecemos a afinar y a acompasarnos con nuestros compañeros de sección. Los fondos Next Generation bien lo merecen.
El pasado 13 de julio el Consejo de Ministros de Economía y Finanzas (ECOFIN) aprobó definitivamente el Plan de Recuperación español. El mismo será utilizado para canalizar los fondos europeos y recibir los 70.000 millones a fondo perdido previstos, que deberán ser adjudicados a proyectos concretos entre 2021 y 2023, haciéndose los pagos correspondientes a más tardar el 31 de diciembre de 2026.
¿Qué oportunidades se nos brindan?
Desarrollo de sistemas de impacto
Desarrollo de ecosistemas de impacto en todo el territorio mediante la colaboración entre actores con el objetivo de alcanzar un desarrollo territorial sostenible, resiliente e inclusivo por medio de iniciativas que ayuden a conseguir entornos equilibrados.
El Índice de Ecosistemas de Emprendimiento de Impacto, realizado por la red ibérica de Impact Hub, muestra cómo las regiones que miden sus ecosistemas incorporando indicadores económicos, sociales y medioambientales logran crear un caldo de cultivo que ayuda a que florezcan emprendimientos sostenibles.
Para ello hay que facilitar herramientas de diagnóstico, diseño estratégico de su evolución; creación de entornos colaborativos, y dinamización y facilitación de procesos participativos entre los agentes del ecosistema para la construcción conjunta de valor.
Favorecer las sinergias
Hay que favorecer las sinergias entre los emprendedores, empresas y organizaciones conscientes, colectivos y ciudadanía, Administraciones Públicas para la cohesión en espacios de transformación mediante la colaboración y el propósito.
Para ello es más que necesario un programa de apoyo al emprendimiento e intraemprendimiento de impacto, a través de medidas como la formación para el desarrollo de capacidades y habilidades emprendedoras; la incubación y aceleración de emprendimientos de impacto, que dote de capacidades en incubación, acompañamiento de ideas de negocio e ideación; la creación de hubs internacionales y hubs rurales de emprendimiento que trabajen en red y conectados para atender el reto demográfico; y el diseño estratégico de modelos de negocio con propósito y medición de impacto.
Hacia la sostenibilidad y la digitalización de las pymes
El objetivo es alcanzar un sistema económico que proteja su patrimonio natural y su biodiversidad; ciudades más saludables y sostenibles; y la democratización del bienestar y el acceso y disfrute de la tecnología, poniendo a las personas en el centro y generando, así, una economía para la vida.
Para ello será necesario un Plan de Diagnóstico y Acompañamiento Integral hacia la sostenibilidad, con la formación y el acompañamiento en el camino de la sostenibilidad para las pymes, a través del impulso de la economía circular, el ecodiseño y la innovación abierta, así como la formación y transición hacia la digitalización de los procesos y el modelo de negocio.
Involucrar a la ciudadanía en la consecución de los ODS
Es imprescindible, además, involucrar a la ciudadanía hacia el cambio y la consecución de los ODS, generando procesos abiertos y participativos en los que la sociedad se active, empodere e implique en la transformación del país con campañas y otros formatos innovadores de sensibilización sobre transformación de hábitos y pautas de consumo.
¿Qué barreras legales existen para los proyectos en cuestión?
La cuestión de fondo aquí es que muchos de los proyectos a financiar mediante fondos Next Generation tienen un componente digital y tecnológico alto o muy alto. Eso hará necesario que los responsables de esos proyectos deban tener en cuenta cuestiones legales sobre los mismos como:
– La correcta implementación de condiciones legales, especialmente con los muchos cambios en camino en 2022 en materia de consumidores y usuarios.
– La contratación con proveedores a la hora de regular desarrollos de software, acceso a licencias, distribución de productos o reventa de servicios, entre otros.
– La gestión de información personal y el uso que se haga de la misma mediante algoritmos o sistemas inteligentes que por ejemplo busquen beneficiar el entorno social.
– La seguridad de la información captada frente a potenciales ciberataques, por desgracia muy a la orden del día en múltiples ámbitos de actuación.
– Todo ello sin olvidar la protección de los desarrollos realizados, ya sea desde la perspectiva de la propiedad intelectual o industrial (derechos de autor, marcas, registros de software, modelos de utilidad o incluso patentes).
En resumidas cuentas, poner en marcha un proyecto con fondos Next Generation tendrá implicaciones legales ya que en muchas de las licitaciones o subvenciones se aplicarán estándares más rebajados de lo habitual, aunque el seguimiento y cumplimiento de lo financiado será riguroso al venir de Europa.
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